En esta entrada nos
proponemos hacer un análisis de los últimos hallazgos científicos en lo que
corresponde a este síndrome conocido como síndrome de XYY o síndrome del
superhombre.
Indagando en las
publicaciones científicas más importantes se encuentran no pocos artículos
sobre este tema, siendo alguno incluso de este mismo año y un gran número del
año pasado. Esta entrada quedará estructurada en subapartados titulados con el
nombre del artículo original en base al cual hemos llevado a cabo el análisis.
1. 47,XYY Syndrome:
Clinical Phenotype and Timing of Ascertainment
Nos ha parecido conveniente analizar en primer lugar este artículo publicado en la
revista The Journal of Pediatrics que data de 2012, ya que en él se efectúa un
estudio que incluye a 90 varones con este síndrome con la intención de
determinar las manifestaciones físicas, auxológicas y de comportamiento de los
individuos afectados por dicho síndrome. Dado que hay un apartado entero del
blog que habla de las manifestaciones clínicas de este síndrome no hemos querido
explayarnos demasiado en este artículo.
A modo de resumen decir
que el fenotipo XYY incluye comúnmente estatura alta, macrocefalia, macroorquidismo,
hipotonía, hipertelorismo, y temblor. Características fenotípicas físicas
fueron similares en los niños diagnosticados prenatalmente comparados con los
diagnosticados después del nacimiento. El diagnóstico prenatal se asoció con
una mayor función cognitiva en los afectados por este síndrome.
2.
Posterior fossa
malformations and sex chromosomes anomalies.
Report of a case with XYY
síndrome and overview of known associations
Las anomalías
en cromosomas sexuales se han asociado previamente con varias malformaciones
cerebrales, como las anomalías de la fosa posterior, como la displasia o
hipoplasia cerebelosa, quistes cerebelosos o hipoplasia y cisterna magna de
mega.
Aunque se ha propuesto que la presencia de tal cromosoma
adicional puede tener un efecto adverso sobre el desarrollo del cerebro, hasta
la fecha se han publicado pocos informes sobre anomalías de cerebro en
pacientes con síndrome XYY.
En el artículo se desarrollan los resultados de un
estudio sobre un niño de sexo masculino con cariotipo 47, XYY que describía una
malformación cerebral particular, que consistía en la fosa posterior ampliada e
hipoplasia de las regiones posterior e inferior del hemisferio izquierdo del
cerebelo y el vermis. Para ello se llevó a cabo un estudio de imagen
radiológica sobre dicho sujeto para confirmar tales anomalías, y como
conclusión se llegó a la idea de que sería conveniente realizar estas pruebas a
una mayor escala para determinar si estas malformaciones son un hallazgo casual
o guardan relación directa con el síndrome de superhombre
.
3.
Autism
spectrum disorders in XYY syndrome: two new cases and systematic review of the literatura
Las
anomalías de los cromosomas sexuales se asocian frecuentemente con trastornos
del espectro autista (TEA), pero la predisposición masculina a estos trastornos
no se ha explicado claramente. Anteriormente, el papel del cromosoma X se consideró
importante en trastornos del espectro autista, sobre todo porque se detectaron
síntomas autistas en los síndromes genéticos que involucran cromosoma X
(síndrome X frágil, el síndrome de Rett, síndrome de Klinefelter)
El
papel del cromosoma X en el TEA se ha estudiado durante mucho tiempo por las
siguientes razones: (1) la alta incidencia de TEA en los hombres; (2) la alta
presencia de síntomas autistas en los síndromes genéticos que implican
cromosoma X (síndrome de X frágil, el síndrome de Rett, el síndrome de
Klinefelter); (3) la detección de la asociación entre las mutaciones en los
genes ligados al cromosoma X como NLGN3 neuroligin en Xq13, NLGN4 en Xq22.39,
etc. La alta incidencia de los TEA en los hombres es también una razón por la
que el cromosoma Y es de interés en el TEA; sin embargo, pocos autores han
sugerido una implicación del cromosoma Y en ASD.
En
el artículo se lleva a cabo una revisión de la literatura precedente en
relación al cromosoma Y, en especial en pacientes afectados por el síndrome XYY
y se añaden dos nuevos casos que también los presentan. Todo esto con el
objetivo de encontrar una relación causal entre este desorden genético y estos
trastornos del espectro autista.
4.
Social
deficits in male children and adolescents with sex chromosome aneuploidy: A comparison of XXY, XYY,
and XXYY syndromes
Estos tres síndromes
son las aneuploidías de cromosomas sexuales más frecuentes, y todas ellas
presentan un riesgo elevado de retraso en el desarrollo, el lenguaje,
dificultades sociales y emocionales y desarrollo cognitivo.
El objetivo del artículo
consiste en describir y comparar las habilidades sociales y la sintomatología
autista de los varones con estos síndromes mediante una escala de
sensibilización social (SRS – Social Responsiveness Scale) y test cognitivos.
El SRS un cuestionario
resuelto por los padres de los pacientes en que se miden 5 dominios de
habilidades sociales: comunicación social, cognición social (manera en que se
procesa la información social), conciencia social, motivación social y
comportamientos autistas. Al manejar los resultados se tuvieron en cuenta
factores como la edad, el estatus socioeconómico, habilidades verbales y no
verbales, diagnóstico clínico previo del síndrome y si este fue pre o
postnatal. Se examinaron un total de 174 pacientes: 102 con síndrome XXY, 40
con XYY y 32 con XXYY sin diferencias significativas de edad entre los tres
grupos.
En general, entre los
pacientes con síndrome XXY se encontraron menores dificultades sociales y
diferencias significativamente menores con respecto a los pacientes con los
otros dos síndromes.
Se encontraron
evidencias de que una menor habilidad verbal cognitiva (en XXY y XXYY),
diagnóstico postnatal (en XXY y XYY) y un diagnóstico clínico previo (en los
tres grupos) estaba asociado con un mayor deterioro de la habilidad social.
Se hizo evidente que el
diagnóstico prenatal en el grupo XYY y XXY implicaba menores dificultades
sociales en comparación al diagnóstico postnatal. Esto puede deberse a muchos
factores, como un mayor apoyo por parte de la familia, mayor conciencia de
posibles problemas en el desarrollo neuronal o iniciación previa de terapia y
prevención.
Se observó también que
los pacientes con aneuploidías en los cromosomas sexuales sí presentan interés
y están motivados por las interacciones sociales, pero que sus deficiencias en
cognición social, comunicación social y sus tendencias autistas contribuyen en
gran medida a las dificultades sociales que experimentan.
Por último, es
relevante que al comparar los distintos síndromes, aparecieron preguntas sobre
si las diferencias entre ellos se deben a diferencias en las dosis de genes X o
Y, o si se sebe a la exposición a andrógenos. Los resultados de este estudio en
concreto sugieren que el efecto del cromosoma Y extra en los síndromes XYY y
XXYY presenta mayor asociación con los déficits sociales que el cromosoma X
extra en el síndrome XXY y los efectos del déficit de andrógenos.
5.
Criminality
in men with Klinefelter’s syndrome and XYY syndrome: a cohort study
Estudiar los
índices de criminalidad en hombres de entre 15 y 70 años, diagnosticados con aneuploidías
de los cromosomas sexuales correspondientes a los síndromes XYY y XXY en
comparación a los índices de criminalidad de la población normal.
Los datos se
obtuvieron utilizando los siguientes registros: Danish Cytogenetic Central
Register, Statistics Denmark and the Danish Central Crime Registry. Se
seleccionaron los hombres diagnosticados entre los años 1978 y 2006 a los que
fue posible asignar un control – un hombre emparejado por mes o año de
nacimiento y procedente del mismo marco poblacional que el paciente. Todos los
controles vivían en Dinamarca cuando el paciente fue diagnosticado. En total,
se seleccionaron 34 hombres con síndrome XXY y 161 hombres con síndrome XYY. Se
discriminó entre eventos antes y después del diagnóstico del síndrome, y para
analizar si el diagnostico podía estar relacionado con el acto criminal, se
analizaron los actos criminales llevados a cabo 2 años antes del diagnóstico y
2 años después de forma separada. También se discriminó entre personas diagnosticadas
en edades tempranas o adultas.
Los crímenes se
clasificaron en ocho grupos: abuso sexual, homicidio, robo, violencia, tráfico,
relacionados con las drogas, incendios provocados y ‘otros’.
Se observó que en
personas con XYY se observó que el riesgo de cometer un acto criminal es
moderadamente más elevado que el de los controles, e incluso más elevado si se
excluyen las ofensas de tráfico.
Previo al
diagnóstico, el único ascenso que se observó fue en la posibilidad de cometer
crímenes relacionados con el abuso sexual, y tras el diagnóstico el riesgo
aumentó para todos los crímenes excepto para los relacionados con tráfico.
No
se encontraron diferencias significativas entre los hombres diagnosticados en
edades tempranas o tardías.
Al ajustar los
resultados a los parámetros socioeconómicos se observa una disminución del
riesgo total, disminuyendo en todos los tipos de crímenes menos en los abusos
sexuales.
Como conclusión obtenemos
que el riesgo de cometer un crimen en los pacientes diagnosticados con XYY es
en general algo más elevado que en los controles, pero ajustarse los resultados
a los parámetros socioeconómicos se obtienen resultados similares a los
controles. El aumento del riesgo de cometer crímenes puede por tanto estar
parcial o totalmente explicado por las condiciones socioeconómicas o causas
relacionadas con el diagnóstico del síndrome.
6.
47,XYY
Syndrome and Male Infertility
Muchos hombres
diagnosticados con síndrome XYY son fértiles a pesar de presentar dicha
anomalía en los cromosomas sexuales. Esto ha llevado a muchos investigadores a sugerir que el
cromosoma Y de más es eliminado antes de la meiosis, y por lo tanto a conservar
la fertilidad en los pacientes. Estudios realizados comparando las aneuploidías
espermáticas entre pacientes fértiles e infértiles diagnosticados con XYY han
demostrado que la mayoría de ellas presentan un cariotipo normal.
Es posible que en los estadios
de espermatocito primario, secundario, o en el estadio de espermátida tenga
lugar una detención de la maduración de células germinales anormales.
Sin embargo, hay otros
muchos estudios que demuestran que hombres con XYY presentan un porcentaje
significativo de mosaicismo (condición en donde un individuo tiene dos o más
poblaciones de células que difieren en su composición genética), aneuploidías o
hiperdiploidías en porcentajes desde 0.57% hasta 77.8%. El aumento de disomías
YY en hombres con cariotipo 47,XYY sugiere que las células hiperdiploides
pueden someterse a meiosis. De la misma manera, células hiperhaploides puede
someterse a meiosis, aumentando el riesgo de transmisión de anomalías genéticas
a la descendencia.
La presencia de un
cromosoma Y de más durante la meiosis puede resultar en el impedimento de la
espermatogénesis.
Para obtener
resultados se sometieron al estudio pacientes de XYY que presentaban más de 2
años de infertilidad. El paciente 1, de 37 años, tenía una historia de 3 años
de infertilidad y abortos de su pareja y presentaba bajos índices de libido. El
paciente 2, de 27 años, presentaba 2 años de infertilidad sin precedentes
familiares de la misma. El paciente 3, de 35 años, tenía una historia de 5 años
de infertilidad y baja libido. Todos ellos altos, con elevados índices de masa
corporal.
Se realizó una
revisión retrospectiva incluyendo exámenes físicos, pruebas genéticas, análisis
de semen, estudios endocrinos y pruebas genéticas, teniendo también en cuenta
el historial de los pacientes y sus familiares
Los exámenes de
semen demostraron oligospermia en los tres pacientes, y se concluyó que es
necesario asesoramiento genético para comprender los riesgos potenciales que
presenta cada individuo de transmitir la anomalía genética a la descendencia,
así como las implicaciones en la salud del propio paciente. Las parejas de
pacientes con recuento de número de espermatozoides móviles superiores a 5-10
millones pueden someterse a inseminación intrauterina. Para aquellos son
oligospermia severa (<5millones) se recomienda fertilización in vitro (IVF)
o inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI)