Joe Hin Tjio |
Albert Levan |
Richard Speck El "Superhombre XYY" |
El síndrome XYY fue
descubierto en 1961 por el estadounidense Avery Sandberg, en el instituto
Rosewell Park Memorial, en Búfalo.
Fue descubierto accidentalmente en un hombre de 44 años, a quien se le
realizó un estudio genético debido a las circunstancias médicas de su hija,
quien padecía del síndrome de Down. En los años siguientes, se llevaron a cabo
numerosos estudios en diversas instituciones mentales, cárceles y hospitales. Destaca
la investigación llevada a cabo por la genetista británica Patricia Jacobs,
quien condujo una investigación Hospital Estatal en Carstairs, uno de los
hospitales psiquiátricos más importantes de Escocia. La investigación encontró un elevado número de varones XYY
entre los pacientes mentales, así como entre reclusos penales, estableciendo
así una correlación entre este síndrome y ciertas características, tanto
físicas como conductuales, que incluían una estatura más alta de lo normal, o
una conducta agresiva o peligrosa. En 1968, la bioquímica Mary Telfer llevó a
cabo una serie de estudios en hospitales e instituciones penales en Pensilvania.
No solo identificó erróneamente el acne como una característica destacable del
síndrome XYY, sino que también identificó a Richard Speck, un asesino en serie
responsable de la muerte de ocho enfermeras en un hospital de Chicago, como el
“superhombre”, u hombre típico del síndrome XYY. Todas estas investigaciones,
estudios y declaraciones, junto con muchas otras más posteriores, condujeron a
la falsa identificación del síndrome como un síndrome violento y agresivo. No
fue hasta los años 70, cuando estas ideas comenzaron a ser cuestionadas y
rechazadas por numerosos investigadores y médicos, como por ejemplo Borgaonkar,
quien en 1974 concluyó que la frecuencia de conducta antisocial y agresiva de
los varones XYY probablemente no fuese muy diferente de las personas no XYY de
la misma clase social y antecedentes. Otros investigadores, como Walzer,
rechazaron totalmente la idea de que el cromosoma 47 fuese “un cromosoma del
crimen”, sin embargo apoyaron la existencia de una relación entre el síndrome y
numerosos problemas asociados, tanto en el aprendizaje como en la conducta de
los pacientes. Posteriormente, se llevó a cabo un estudio en el Departamento de
Psicología Clínica del Hospital del Estado de Risskov (Dinamarca), el cual
confirmó la relación entre el síndrome XYY y problemas en el aprendizaje y
desarrollo conductual. Se concluyó que los varones XYY presentaban un nivel intelectual
normal, pero un cociente de inteligencia y nivel educativo menor del esperado.
Asimismo, este estudio identificó nuevas características del síndrome, que
variaban según el paciente y que incluían inmadurez, labilidad emocional,
identificación varonil insegura y mecanismos de defensa débiles.
Bentley Glass Presidente de la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia |
Sin embargo a
pesar de los esfuerzos de diversos investigadores por luchar contra los
prejuicios y falsos supuestos sobre el síndrome XYY, estos continuaron siendo inculcados
en la cultura general, gracias a novelas criminales, series de televisión e incluso
algunas asociaciones científicas. Destaca la Asociación Americana por el Avance
de la Ciencia, cuyo presidente Bentley Glass apoyó en 1970 la legalización del
aborto en el estado de Nueva York para aquellos fetos que presentasen un
cariotipo XYY. A partir de los años 80 y hasta ahora, han predominado los estudios
centrados en la relación entre el síndrome y los niveles intelectuales de los
pacientes, los problemas sociales, la posible transmisión entre generaciones
etc. Asimismo, hoy en día continúan las campañas para erradicar las falsas suposiciones acerca del síndrome que todavía predominan en muchas culturas.
Fuentes
“Handbook of Pediatric Neuropsychology” por Andrew
S. Davis
“El cromosma XYY ¿Culpable o inocente?” por José
Manuel Reverte Coma, del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la
Salud.
“Human Chromosome Number” por Clare O'Connor, Ph.D
“The XYY Syndrome: A dangerous Myth”, New Scientist Journal.
Entrada escrita por Marta Salas Sánchez
“The XYY Syndrome: A dangerous Myth”, New Scientist Journal.
Entrada escrita por Marta Salas Sánchez
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